Estamos en la playa, relajados, reposando una paella y decidiendo qué hacer esta noche. De pronto, el iPhone se vuelve loco, las redes sociales inician una actividad febril y, por fin suena el teléfono. Es un amigo: «Se ha improvisado un concierto de blues en Can Jordi, un after beach, a partir de las siete de la tarde». Son las seis. Nos quitamos el salitre en la ducha de la playa, nos vestimos y rumbo a Can Jordi. Allí, en esa centenaria tienda de comestibles de Sant Josep, están los miembros de la banda Illinios Central, junto al extraordinario guitarrista Manolo Díaz, tocando blues del bueno, frente a medio centenar de personas que, mientras atardece, sienten que en Ibiza ocurren cosas que hacen que la vida sea maravillosa. Cuando veo los anuncios de cerveza Estrella Damm, esa campaña titulada «Mediterráneamente», pienso que les bastaría hacer una visita a Can Jordi para encontrar el toque auténtico que buscan, sin tener que realizar montajes de ningún tipo.