Conozco al escultor Jaume Marí desde que era un niño y construía sus propios juguetes con maderas y otros objetos que encontraba. Pese a ser muy pequeño, su maña era asombrosa. A ninguno de los que le conocíamos bien se nos escapaba que Jaume estaba destinado a trabajar con sus manos. Con los años se ha convertido en un escultor fantástico, cuyas piezas, casi siempre inspiradas en la naturaleza, están compuestas por materia y antimateria. Sus animales se hallan incompletos, pero suficientemente esbozados con planchas de hierro para que puedas reconocerlos y admirar sus formas curiosas. En la imagen, Jaume aparece con un cangrejo, en el centro cultural Can Curt, de Sant Agustí, donde con motivo de las fiestas de la localidad exhibe sus últimas creaciones. Si visitáis la exposición, prestad atención al caballito de mar, situado al fondo de la sala.