Namasté, en Las Dalias, es una de las fiestas con más solera del verano pitiuso. Todos los miércoles por la noche, riadas de turistas y locales llegan a los jardines de este famoso establecimiento de Sant Carles para sentirse hippies por una noche. Anoche, un magnetismo invisible lanzó a todo el público a la pista de baile. La gente danzaba con un extraño frenesí, al ritmo de la samba y la bossanova que un grupo tocaba en vivo. La sensación, para el mero observador, era muy extraña; como si todo el mundo hubiese estado tomando lecciones de samba para brillar con ritmo y sensualidad aquella noche… Tal vez fuera la influencia de la luna, enorme y casi redonda en el cielo.