La gente de la tienda de decoración Sluiz sabe cómo llamar la atención. Los conductores que desde hace unas semanas van y vienen de Santa Gertrudis no pueden evitar poner una cara de asombro cuando contemplan el rebaño estático de vacas lecheras que pace a sus anchas por los campos aledaños a esta tienda. Unas cuántas docenas de estos animales de plástico, de tamaño y aspecto real, se han convertido en el mejor reclamo de este comercio sorprendente, cuyo interior tampoco defrauda a nadie. Hay vacas de pie, tumbadas, con la cabeza gacha pastando hierba…