El color y el juego de contrastes entre estos dos edificios de Vila, situados junto a la Plaça del Parc y fotografiados desde lo alto de las murallas renacentistas, conforman una particular bandera urbana. Lejos de los skyline de las grandes ciudades, con sus rascacielos de cristal, esta visión de la metrópolis pitiusa refleja la alegría de sus edificios coloniales, con el desorden mediterráneo de sus azoteas, sembradas de antenas parabólicas, aparatos de aire acondicionado y ropa tendida, y la mezcolanza de edificios elegantes y antiguos con otros más anodinos y modernos.