Cala Bassa, en la costa oeste de Ibiza, es con diferencia una de las playas más concurridas del verano pitiuso. Barcas turísticas, autocares y coches de alquiler traen todos los días a cientos e incluso miles de turistas, que disfrutan de un arenal precioso, de aguas turquesas, y de un atractivo bosque de sabinas aledaño, que proporciona una sombra excepcional a la hora de la siesta. Sin embargo, el auténtico esplendor de Cala Bassa se disfruta estos días soleados de invierno, cuando pasear por su orilla, en completa soledad, o caminar sobre las rocas irregulares de la orilla derecha, semejantes a un paisaje lunar, representa casi un sueño.